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(つきる運, Tsukiru Un) | |||
Información | |||
Anterior | Expectativas de Victoria | ||
Siguiente | Jauría de Perros | ||
Saga | Pago en Sangre | ||
Personajes | |||
Sasaki Kawabashi Yashamaru Atsuryoku | |||
Jutsus | |||
Dispersión de Cuervos Elemento Velocidad: Vuelo sin Sombra Escudo Aureoférrico Modo Sabio Arte Sabio: Aleteo Rey Negro Esfera Kagami | |||
Objetos | |||
Píldoras del Soldado Keiei Wasdaña |
Suerte Agotada (つきる運, Tsukiru Un) es el capítulo #53 de Akatsuki Afterlife, perteneciente a la saga "Pago en Sangre"
¿Dónde quedaron tus expectativas de victoria? – Preguntó Sasaki, volteándose para ver a un Yashamaru a punto de caer, sosteniéndose fuertemente el profundo corte que acababa de generarle el shinobi de las sombras. – Exactamente en tu confianza… – Una vez más, el cuerpo del Afterlife se desarmó en una bandada de cuervos, de una forma completamente inesperada para Sasaki, quien se vio atacado por los mismos. – Tu forma de combate deja prácticamente nulas aberturas, ¿sabes? Eres un incordio como enemigo, ahora entiendo por qué no fuiste aplastado por Itami y por qué Kōhei se agotó enfrentándote. Pero en algún momento, se te iba a acabar la suerte. Tu suerte acaba de agotarse.
Los cuervos de todo el lugar comenzaron a volar violentamente, posicionándose finalmente en un único lugar: allí reapareció el verdadero Yashamaru. – Tú… ¡Tú! ¿¡Te crees más inteligente que yo!? Ya te demostraré lo contrario… ¡Te mataré a ti y a toda tu familia! – Amenazó a los gritos Sasaki a su adversario. Levantándose nuevamente, metió su mano en su morral, tomando una serie de píldoras, las cuales tragó sin contemplaciones. – Ya deberías entenderlo, tus sucias manos no pueden proteger a todo el mundo, pajarraco. Tal como están las cosas, deberías saber que esto no tiene fin.
¿No hay fin? Entonces te pregunto, ¿cuándo comenzó todo? – Yashamaru comenzó a caminar lentamente, desplazándose de manera de acercarse hacia Sasaki en tanto intentaba averiguar cualquier desperfecto que pudiera tener él en la situación. – No hay razones, ¿acaso las necesito? – Soltó Sasaki, quien asiendo firmemente a Keiei saltó hacia atrás, quedando en una posición perfecta para lanzarse a sí mismo como un relámpago.
Un destello de luz negra, el asaltante había desaparecido de su posición, y ahora se encontraba frente a frente con el Atsuryoku, preparado para asestarle un tajo sobre el pecho; sin embargo, una capa de metal se extendió entre ambos, momento que Yashamaru aprovechó para asestar un devastador golpe al Kawabashi, quien salió disparado contra una pared, atravesándola. Sin embargo, el lanzador se vio también lanzado, al haberse visto atado por una cuerda de kevlar a Sasaki.
¡Para arriba! – Gritó el asesino, jalando al Afterlife hacia el techo de la mansión, dejándolo suspendido por el cuello gracias a otro par de cuerdas. – ¿Qué sucede? ¿Se te dificulta respirar así? ¡Qué lástima! – Tirando más de la cuerda, Sasaki buscó ahorcar a su contrincante, que movía su cuerpo ya con dificultad. Un golpe de suerte, sin embargo, hizo que Yashamaru chocase contra una pared, logrando utilizar la misma para impulsarse, y así saltar hasta el techo finalmente. – Trucos sucios, ¿temes tener que enfrentarme de manera limpia?
No ciertamente, pero… ¿Cómo conseguiste una mejora sustancial en tus habilidades? Anteriormente uno de tus golpes no me hubiera hecho retroceder más que unos pasos, pero ahora mismo lograste hacerme atravesar una pared de piedra con un golpe… Eso no es normal, ¿qué es lo que escondes? – Cuestionó el asesino al Cuervo, quien extendiendo su mano pasó una fina hoja de metal por la misma, dejando caer algo de sangre sobre el escenario que se hallaba ante ellos. Realizando una serie de sellos manuales, Yashamaru invocó su guadaña, a la cual lanzó rápidamente contra Sasaki.
¡FWAJAJAJAJA! ¿¡De verdad crees que un ataque tan estúpido podría hacerme algo!? – Dijo Kawabashi, esquivando sin ningún problema la Wasdaña, que su contrincante había arrojado. – ¡¡Error!! – Atraída nuevamente hacia la mano de Yashamaru, la hoja retrocedió, comenzando a punzar en el costado de Sasaki, sin embargo, este al darse cuenta giró rápidamente, evitando que la hoja lo atravesase, saliendo con solamente un corte superficial.
No será tan fácil como usar ese truco, veo… Generalmente nadie se espera ese contragolpe, ¿sabes? Personas han muerto sencillamente por no suponer que la hoja va a volver. – Dijo seriamente Yashamaru, viendo como Sasaki aterrizaba nuevamente en el techo de la mansión. – No me hagas reír, ¿me hubiera arriesgado a dejar mi espalda descubierta de esa manera? ¿Contra alguien que se especializa en combatir de manera campal? – Una serie de afiladas plumas negras salió disparada hacia Sasaki, quien bloqueó las mismas utilizando su cuchillo. – Vamos, sabes que no tiene sentido, mi percepción espacial, a pesar de que ataque de una forma directa, está muy bien desarrollada.
El Atsuryoku formó una Esfera Kagami, la cual sostuvo hasta ampliar la misma, de manera que esta terminó duplicando el tamaño habitual. Sasaki en cambio tomó a Keiei, y apuntó el mismo en la dirección de Yashamaru. Ambos comenzaron a correr, y cuando quedaban aproximadamente tres metros para que chocaran entre sí, Sasaki lanzó su cuchillo, atravesando con el mismo la sombra del Atsuryoku, que se vio forzado a permanecer en el lugar en que había quedado parado.
El Kawabashi aprovechó el impulso que le quedaba de la corrida para lanzarse contra Yashamaru, buscando romper una de sus piernas con una patada enfocada en la rodilla; y tal como este esperaba, una pared de metal se levantó entre él y su objetivo, evitando el golpe. Usando dicha pared como apoyo, rotó su cuerpo violentamente, buscando asestar un puñetazo en el rostro de Yashamaru. Este entonces dirigió su ataque hacia el brazo que intentaba golpearle, acción que al ser vista por Sasaki provocó que lanzase a Keiei favoreciéndose de una sombra hacia su otra mano, con la que partió a la mitad la esfera de chakra, que explotó levantando una humareda y separando a ambos shinobis.
Buf… Eso fue estúpido… ¿Qué gana con hacer esto? – Una parte de la capa de Yashamaru ahora carecía completamente de su tela, que se encontraba ahora en el piso, dispersa en forma de cenizas; también podía apreciarse una quemadura en su hombro, que había quedado expuesto a la explosión. – Ya no siento deseos de combatir contigo, Yashamaru Atsuryoku, ¿sabes? Pero no lo olvides… Puede que no me vuelvas a ver en un tiempo, pero cuando reaparezca…
Cuando la visibilidad se vio reestablecida, Yashamaru pudo ver a Sasaki, quien había sufrido unos daños claramente más graves que los que él había sufrido. El shinobi casi había perdido su brazo, que ahora colgaba por unos pocos tejidos musculares por la altura del antebrazo, la zona más cercana a la esfera de chakra cuando esta explotó. Sasaki sostenía ahora su propio brazo utilizando su boca para lo mismo, y bamboleándolo para hacerlo mínimamente funcional.
Tras dirigirle una última mirada de desprecio a Yashamaru, murmuró entre dientes. – No te confíes por haber salido «bien parado» de esta, todavía no se han librado de la mayor amenaza ahora mismo. – Dijo, señalando con la cabeza hacia una zona claramente anormal del bosque. Tras ese preciso momento, como si jamás hubiera estado allí, Sasaki había desaparecido.