Historia[]
Pasado[]
Mizuki se crió en una familia humilde de ninjas en el País de la Nieve. Desde pequeña se vio atraida e interesada por lo relacionado al mundo de los ninjas, es por eso que desde pequeña entrenó en la academia de su país. A la corta edad de 9 años, sus padres fallecieron en una misión de la cual se desconocen los detalles, debido a esto ella empezó a sentir rechazo hacia los ninjas, pero de todas formas decidió seguir como tal debido a la promesa que les había hecho a sus padres, la cual era convertirse en una chica fuerte y poder valerse por si misma. Ella pasó a convivir con su abuela, quien con el paso de los años termino por fallecer por causas naturales, nuevamente dejando a Mizuki a merced del destino, pero esta ves ya siendo adolescente. Durante el tiempo restante Mizuki se dedicó a su entrenamiento con el fin de hacer valer su voluntad la cual es evitar la crueldad del mundo.
Ya Mizuki se había convertido en una kunoichi digna de su aldea, es entonces cuando los rumores de que un grupo de bandidos amenazaban la paz de la aldea. Mizuki, al ver que nadie parecía interesarse por el asunto decide ir por su propia cuenta a investigar. En las afueras del país el grupo de bandidos se preparaba para su ataque, gracias a Torinoko Mizuki es capaz de descubrirlos a tiempo, preparando una emboscada contra estos. Ya era media noche y los bandidos se dirigían hacia la aldea, preparados con armas y cañones. En ese instante Mizuki empieza con la emboscada con su jutsu de elemento hielo, Tormenta de Golondrinas de Nieve, un grupo de golondrinas se lanza sobre la primera línea de los bandidos, derribándolos a todos. El grupo se alarma y comienzan a buscar quien los atacó, delante de ellos sobre una colina aparece Mizuki obserbándolos. Los bandidos se disponen a atacarla con sus cañones, los cuales rápidamente son inutilizables debido a que fueron congelados, siendo causa del jutsu Prisión de Hielo. Los bandidos se siguen cuestionando porque una novata logró causarle problemas tan fácilmente, ella aparece rápidamente frente a ellos y les dice que no permitirá que destruyan la paz y la armonía de la aldea. En ese instante se lanza sobre el grupo y comienza a golpearlos con sus manos, dejando a la mayoría inconsciente, y para terminar, amenaza a quien pareciera ser el líder del grupo con que se retire y que no vuelva, ya que la próxima vez no dudará en matarlo. Sin más opción, los pocos bandidos que quedaron de pie se retiran sin decir nada.