- El Dios del Destino Inexistente - | |||
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(神々の野望 - 存在しない送信先の神,
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Saga | El Silencio de un Muerto Corazón (Saga) |
se acrecentó, uniéndolos desde lugares cada vez más lejanos, otorgándoles un lazo que iba más allá de su propia existencia.
El Falso destino que sobre ellos se ceñía no hacía más que unirles cada vez más."
La Ambición de los Dioses - El Dios del Destino Inexistente (神々の野望 - 存在しない送信先の神 Kamigami no yabō - sonzaishinai sōshin-saki no kami) Es el segundo capítulo de la saga El Silencio de un Muerto Corazón, así como la continuación directa de El Silencio de un Muerto Corazón (Capítulo).
Tal era la importancia de aquellos simples objetos que, de alguna manera, se habían hecho más importante que cualquier otra cosa en ese preciso instante. Tal vez incluso más importante que el destino que estaba por actuar por medio de los mismos.
El Monstruo de Dios
-Gott mit uns-
"Y bajo el mandato de su dios, descendió al infierno, valiéndose de su ingenio para cumplir con su labor; el cumplir con ésta era algo que debía hacer sin importar lo que pasara".
Apartado de cada uno de sus compañeros, acompañado solo por su insaciable hambre por encontrar el significado de lo que había estado ocurriendo en la mansión, desde la aparición de Shirai, un supuesta enviado de Dios, hasta la aparición de aquellos objetos en el territorio de la Mansión, Yorumaru no hacía más que permanecer quieto, aún tomando la pequeña daga que, junto a Kozuke, había encontrado, cuyo filo había sido completamente envuelto por el tallo de la rosa negra...
Frases llegaban a su mente sin razón aparente, con el pasar de los minutos...Era como si, de alguna manera, aquellos objetos hubieran sido impregnados con los pensamientos de sus dueños, como si éstos, de alguna manera, hubieran dejado una suerte de mensaje impreso en ellos...
-"Un Mundo sin reyes...Un mundo en el que el Destino sea lo único que nos rija...Un mundo en el que seamos nuestros propios Dioses...Un mundo en el que seamos nosotros quienes forjemos aquello que nos gobernará".
Aquella frase, formulada únicamente en la mente de Yorumaru, no hizo más que acrecentar sus dudas acerca de lo que trataba de encontrar...Más que hacerlo avanzar, el encontrar algo que le pareciera conocido no hizo más que retroceder su búsqueda...
Yorumaru: (Pensando) Todo ésto, solo por simples flores...No es posible que haya llegado a hacer algo como ésto por algo tan estúpido como unas plantas...
Las frases inundaban la mente de Yorumaru, cada vez con mayor voracidad...No entendía qué causaba que todas esas palabras se manifestaran en su mente, no lograba asimilar cómo es que toda aquella situación le hacía centrarse tanto en algo tan poco importante para él...
De todas maneras, y haciendo de lado cualquier clase de ocurrencia que, a su parecer, no le sirviera en lo absoluto, Yorumaru se centró en escuchar atentamente las palabras que en su mente resonaban, buscando entre ellas lo que necesitaba para encontrar lo que él creía que aquellos objetos trataban de decirle...
Lejos de donde éste se encontraba, y fuera de toda importancia para él, se encontraban Shiro, Kozuke, Itami y Yashamaru, acompañados por Emi y Hitomi, quienes ya habían comenzado con su arduo enfrentamiento...
De los Jardines de la Mansión, lugar en el que el aquél dichoso entrenamiento era llevado a cabo, antes silencioso, ahora no se podía escuchar más que el estruendo producido por el choque de las espadas de quienes en él participaban, el cual cubría incluso las voces de Emi y Shiro, quienes, dejando fluir el orgullo que en ellos se almacenaba, no hacían más que insultarse el uno al otro, sin siquiera importarles el hecho de que se encontraban en un mismo bando...
Poco tiempo transcurrió, hasta que aquél escándalo se escabulló hasta el interior de la Mansión, llamando así la atención de varios de los Shinobi que se encontraban en el salón principal de la misma...De tal manera, dos de los alarmados jóvenes no hicieron más que salir de la Mansión, dirigiéndose a la fuente de todo aquél alboroto, esperando averiguar de qué se trataba...
Pasando a través de los jardines principales, ambos jóvenes llegaron a los jardines posteriores de la mansión, donde fueron capaces de ver de dónde venía aquél molesto ruido...
Entre nubes de polvo y escombros, ambos eran capaces de ver como las espadas de sus compañeros chocaban entre sí, produciendo chispas, mientras las blandían con un extremo salvajismo, como si de una pelea a muerte se tratase...
???: No hacen más que desperdigar las hermosas flores del jardín...(Suspirando)
Tras darse cuenta de que no estaban solos, Kozuke se retiró por unos momentos de la maraña de ataques en la que se encontraban, dirigiéndose hacia donde se encontraban sus observadores...
Kozuke: ¡Pensé que nunca saldrías de esa mansión, Akai! (Riendo)
Haciendo su vista a un lado, el joven intentaba evitar cualquier clase de contacto con Kozuke, por simple timidez...
Akai: Supongo que debía salir alguna vez...
???: ¡Vamos, deja de ser tan antisocial, Goshujin, nya! Si no aprende a hablar con otros se quedara mudo, nya. Entonces no podré fastidiarlo como siempre. Si se queda mudo no podre oírlo regañándome o exasperándose, nya. ¡Eso sería horrible, nya!
Volteando una vez más su mirada, ésta vez hacia su acompañante, Akai no hizo más que guardar silencio, mientras ésta, con su mano, redirigía su rostro hacia donde se encontraba Kozuke...
Kozuke: Déjame adivinar; ¿el gato te ha traído hasta aquí? (Riendo)
Akai: Haruka y yo solo vinimos aquí para ver de dónde venía todo éste escándalo... Nada importante.
Haruka: ¡¿Nada importante?! ¡Goshujin no hacía nada más que quejarse como un niño! Cosa sorprendente, nya. Ademas, parecían divertirse y obligue a Goshujin a que me trajera a ver, nya. Se oían espadas; espada significa filo; filo significa cortes, nya, ¡Y cortes significa sangre~nya!.
Confundido tras escuchar a Haruka, Kozuke no hizo más que plasmar una extraña sonrisa en su rostro, esperando poder cambiar el rumbo de la conversación a un punto en el que no tuviera que asimilar las alargadas frases de Haruka...
Kozuke: Bien...Excelente...Siéntanse libres de entrenar con nosotros...O al menos con Yashamaru y conmigo...Shiro y Emi parecen estar tratando de matarse entre sí. (Riendo)
Akai: ¿No deberíamos detenerlos?
Confundido, Akai no hizo más que preguntarle a Kozuke si, en el caso de que la batalla de Shiro y Emi alcanzara ser más que un entrenamiento, debían detenerlos, obteniendo así una despreocupada respuesta por parte de éste...
Kozuke: ¿Detenerles? Solo piénsalo; puede que terminen matándose el uno al otro...
Akai: ¿Eso es bueno?
Kozuke: Tal vez sí, tal vez no...Depende de cómo lo veas.
No haciendo más que confundir a Akai con su respuesta, Kozuke se alejó del campo de batalla en el que se habían convertido los jardines de la Mansión, invitando a Haruka y Akai a participar junto a Shiro, Emi, Itami, Yashamaru y Hitomi en su suerte de entrenamiento...
Tras ésto, Kozuke se dirigió al lugar en el que Yorumaru se encontraba; el cementerio de los jardines principales, donde éste, en completa soledad, parecía encontrarse dormido o inconsciente...
Kozuke: (Pensando) Será en vano que trate de traerte con nosotros ¿no?
Sin decir nada, Kozuke se acercó a la lápida frente a la cual se encontraba Yorumaru, arrodillándose justo detrás de ésta, observando desde ahí lo que Yorumaru hacía...
Kozuke: (Pensando) Vamos, despierta; al menos ten la decencia de hacer caso al hecho de que estoy aquí...
Aburrido, esperando alguna respuesta por parte de su compañero, Kozuke decidió retirarse, para regresar una vez más con Shiro y los demás...
Kozuke: Supongo que lo que haces es importante...(Suspirando)
Sin decir nada más, Kozuke regresó a los jardines traseros de la mansión, integrándose así una vez más al campo de batalla, dejando a Yorumaru completamente solo una vez más...
Entrenamiento
-Arbeit macht frei-
No hicieron más que obtener las ataduras de un destino que nunca cumplirían."
Tras regresar a los jardines traseros de la Mansión, tal y como éste lo esperaba, Kozuke se encontró con una escena que, para él, no significaba más que la simple actividad que éste había sugerido se había convertido en una batalla personal entre Shiro y Emi, quienes, en efecto, eran ahora los únicos que se enfrentaban en combate...
Totalmente alejados de los demás, Shiro y Emi parecían ahora los únicos participantes de aquella batalla que, de un momento a otro, había comenzado a parecer nada más y nada menos que una pelea a muerte entre ambos...Sin más, Kozuke trató de separarles, en vano, siendo alejado de ellos de la misma manera con la que habían alejado a los demás; Shiro, segado por derrotar por completo a su contrincante, había creado una barrera de hielo alrededor del campo de batalla, limitando así el que los demás pudieran interrumpir la pelea...
Kozuke: (Pensando) ¿Qué demonios?
Enojado, Kozuke no podía hacer más que golpear la barrera de Shiro, tratando, en vano, de romperla...
Akai: Ya lo hemos intentado...
Deteniéndose tras escuchar las palabras de Akai, Kozuke no hizo más que desenfundar su espada, cuya hoja ahora lucía un filo de sierra, para luego empezar a golpear la barrera con ésta, causándole solo simples rasguños...
Kozuke: ¡Deténganse!
Aparentemente iracundo, Kozuke no paraba de golpear la barrera casi invisible de Hielo que lo separaba de Shiro y Emi, quienes no estaban haciendo caso alguno a las acciones de su observador...
???: Detente antes de que ellos lo hagan, Kozuke.
Caminando poco a poco hacia donde Kozuke se encontraba, Franken, totalmente calmado, no hizo más que explicar a éste el motivo por el que no podía pasar a través de la barrera, mientras, al mismo tiempo, tomaba el brazo con el que éste sujetaba su espada, sin hacer esfuerzo alguno...
Franken: Shiro ha creado una infinidad de Jutsus impenetrables...Supongo que sabes eso, Kozuke; (Riendo) Éste parece ser uno de esos Jutsus...Solo lo atacas en vano; parecerá una locura, considerando las temperaturas a las que se encuentran éstos terrenos, las suficientes como para evitar cualquier clase de Jutsu relacionado al elemento Hielo...En Efecto, el hielo que Shiro crea es capaz de traspasar éstas limitaciones, pero...Éste parece ser aún más denso que cualquier otro que haya visto por su parte (Riendo)
Franken, a los ojos de Kozuke y los demás, parecía haber enloquecido por completo, mientras trataba de explicar el Jutsu de Shiro...Cada palabra que decía estaba acompañada de un siseo constante, el cual daba a su voz un tono un tanto profundo, en relación a su propia voz...
Franken: Supongo que he de explicar enteramente lo que ha hecho Shiro...(Riendo) La barrera que tratas de destruir ni siquiera se encuentra en éste Lugar, Kozuke (Riendo)...Podríamos decir que, de alguna manera, él la ha creado en otro sitio, tal vez lejos de la Mansión, y ha trasladado las capacidades de ésta hasta aquí...En Pocas palabras; su barrera se encuentra en un pleno estado de inexistencia, pero, en efecto, existe para nosotros (Riendo)
Haruka: Entonces ¿Él ha creado la barrera en otro lugar y la ha traído hasta aquí nya, haciendo que no podamos destruirla nya, siendo que no se encuentra en el lugar en el que estamos centrando nuestros ataques? ¿No podemos detenerlos, nya, atacándoles tal como lo hacemos, nya?
Confundido, tras escuchar las palabras de Haruka, Franken no se vio en la capacidad de responder a sus preguntas, dejando que Kozuke respondiera por él...
Kozuke: Si es como Franken ha dicho...Si la barrera se encuentra en dos lugares a la vez, ha de ser por una habilidad interdimensional...Supongo que puedo detener un Jutsu de éste tipo; pero me será un poco complicado, al no saber dónde se encuentra el lado físico de la barrera...¿Desde cuándo Shiro es capaz de utilizar técnicas interdimensionales?
Franken: Tal vez estudio a fondo tus propios Jutsus, aplicando sus conocimientos sobre tu Kekkei Genkai a sus propias habilidades...
Tratando de formular algún plan en su mente, y observando la manera en la que se Shiro y Emi trataban de golpearse entre ellos con sus Katanas, Kozuke no hizo más que dirigirse una vez más a los jardines principales...
Itami: ¡¿Qué se supone que haces?!
Kozuke: ¡Tengo una idea! ¡No puedo asegurar que sirva, pero la tengo!
Corriendo, Kozuke se acercó justo al lugar en el que Yorumaru residía, notando como sus manos ahora se encontraban enteramente cubiertas por el tallo de las dos rosas que sostenía, siendo atravesado por las espinas de la Rosa Negra...
Sin más, Kozuke forzó a Yorumaru a soltar el cuchillo, rompiendo las espinas que salían del tallo de la Rosa...
Kozuke: ¡Despierta!
Exaltado, Yorumaru se puso de pie, tomando del suelo el cuchillo que Kozuke había hecho que soltara, viéndolo con una expresión de asco y horror...
Yorumaru: ¿Pasa algo?
Sin decir ni una palabra, Kozuke empujó a Yorumaru, haciéndolo caer de espalda, creando justo en el lugar en el que este cayó una abertura dimensional...
Kozuke: Lo verás por ti mismo...
Tras pronunciar éstas palabras, la abertura por la cual Yorumaru cayó se vio enteramente cerrada, dejándolo completamente aislado ante un negro y etéreo paisaje...
Pocos segundos pasaron, hasta que la abertura volvió a abrirse, expulsando así a Yorumaru en los jardines traseros de la Mansión, dejándolo ver la batalla de Shiro y Emi en todo su esplendor...
Como si de enemigos se trataran, Shiro y Emi blandían con una total bestialidad sus Katanas, como si en verdad se tratara de una batalla a muerte entre dos enemigos, entre integrantes de dos ejércitos opuestos...
Shiro: ¡Date Por vencida! ¡Pasará mucho tiempo para que una simple niña pueda ganarme!
Emi: ¡¿Niña?! ¡Al menos yo no tengo canas!
Fuera de la barrera, Yorumaru no hacía más que observar, extrañado, lo que dentro de la cúpula de hielo sucedía, sin siquiera poder escuchar lo que ambos contrincantes decían...
Yorumaru: ¿De qué se supone que hablan?
Franken: (Riendo) Han de estar discutiendo, como los niños que parecen ser...
Enojado, Kozuke no hizo más que dirigirse, de mala gana, a Yorumaru y Franken, pidiéndole a éstos que pensarán en una manera de desactivar el jutsu de Shiro...
Kozuke: ¡¿Pueden dejar de hablar?! ¡Franken, Traje a Yorumaru aquí para que nos ayudara con todo ésto, no para que hablara contigo!
Yorumaru: Exageras las cosas...¿Por qué simplemente no creas una de tus aberturas debajo de la barrera?
Burlón, Franken se acercó a la cúpula, apuntando con sus dedos hacia lo que parecía ser el suelo interior de ésta; no parecía ser más que una extensión más del jutsu...Un suelo hecho totalmente del hielo que conformaba las paredes del mismo...
Franken: Como verás, Toda la barrera no es más que un simple tempano de Hielo...Sin ninguna clase de división...(Riendo) Nada haríamos con abrir barreras debajo de ella...Casi podríamos decir que, al encontrarse Shiro y tu alumna dentro de ella, los únicos presentes en éste jardín somos nosotros...En otras palabras...Al encontrarse dentro de un lugar que, físicamente no se encuentra en el mismo lugar en el que podemos verlo, ellos tampoco se encuentran tampoco en dicho lugar...(Riendo)
Akai: ¿Es eso posible? Estábamos justo aquí cuando él creó esa cúpula; ambos estaban en éste mismo lugar...
Franken: Buena pregunta, Akai-Kun...(Riendo)
Volteando su mirada bruscamente hacia el lugar en el que Akai se encontraba de pie, justo a un lado de Haruka, Franken no hizo más que acercarse a ambos, a pasos lentos, como si su paciencia traspasara incluso la preocupación de varios de los presentes, en relación a la batalla que se estaba llevando a cabo...
Acercando su rostro lo más que pudo hacia Akai, Franken, aún en el tono burlón que parecía haber adoptado al momento de llegar al lugar en el que el supuesto entrenamiento se llevaría a cabo, procedió a dirigir unas cuantas palabras a su escucha...
Franken: Realmente es una buena pregunta, pero...¿Qué es lo que te asegura que ellos estuvieron aquí justo después de que Shiro creara la barrera? Tal vez, solo tal vez, él llevo a Emi junto consigo justo en el milisegundo en el que tus ojos, los ojos de Haruka, los ojos de Itami y los ojos de Yashamaru, cansados, decidieron parpadear...(Riendo)
Haruka: ¡Aleja tu rostro de él, nya! ¡Pervertido!
Extrañado, pero risueño, Franken se alejó unos cuantos pasos de Akai y Haruka, situándose a pocos metros de la barrera, posando su mano derecha sobre la misma...
Franken: (Riendo) Es realmente interesante...Es como si pudiera sentir un corazón latiendo en el interior de las capaz de hielo que conforman ésta barrera...
Yorumaru, sin hacer ninguna clase de gesto ante lo extraño del comportamiento de Franken, se acercó bruscamente hacia la barrera de Shiro, pidiéndole a Kozuke que hiciera lo mismo que Franken había hecho; colocar una de sus manos sobre la superficie de ésta...
Kozuke: ¿Qué intentas hacer?
Yorumaru No estoy del todo seguro...Te lo pediría amablemente, pero viendo que éstos dos niños podrían matarse en segundos...Llévanos al lugar del cual provienen éstos latidos...
Los latidos que Franken había sentido a través de la barrera parecían haber sido, en la mente de Yorumaru, un factor clave para llegar a la fuente del Jutsu de Shiro...Por ésta misma razón, y ante los ojos de Franken, parecía que ésta había ideado una manera de destruir el hielo que los separaba de Shiro y Emi...
Kozuke: ¿Siquiera sabes dónde se encuentra ese lugar?
Yorumaru: (Riendo) Lo sabremos apenas lleguemos...
Tras un leve suspiro, Kozuke tomó los hombros de Yorumaru y Franken con sus manos, haciéndolos caer bruscamente hacia sus espaldas, cayendo de ésta manera en portales similares al que había traído a Yorumaru a los jardines de la Mansión...
Los minutos parecían pasar sin límite alguno, en la profunda oscuridad en la que Yorumaru y Franken habían sido sumergidos; oscuridad que desaparecería en lo que habrían sido no más que segundos, dejándolos ver nada más y nada menos que las blancas y pulcras paredes del laboratorio de Shiro...
Franken: (Riendo) ¿Cómo no pensamos en éste lugar?
Kozuke: (Suspirando) Solo ha elegido el único lugar en el que jamás pensaríamos...Después de todo, él cuida de su laboratorio más que de sí mismo...
Una vez más, frente a Kozuke, Franken y Yorumaru, se encontraban Shiro y Emi, blandiendo sus espadas con total furia...Más allá de aquella familiar escena, los tres Shinobi podían notar serias diferencias entre lo que habían estado viendo antes y lo que ahora veían...
Tanto Shiro como Emi dejaban escapar inhumanos gritos de dolor, aún cuando no parecía que estuvieran siquiera tocándose...Era como si el simple hecho de estar tan cerca el uno del otro les causara alguna clase de daño...
Kozuke: Creo tener una idea...
Sin voltear siquiera la mirada hacia Kozuke, tras escucharlo hablar, Yorumaru dirigió una fría respuesta hacia éste...
Yorumaru: ¿Qué piensas hacer?
Con una expresión seria en su rostro, Yorumaru se acercó a Franken, tomándolo del brazo con suma brusquedad...
Kozuke: bien, Genio...Es hora de que dejes de actuar como una serpiente y nos ayudes a sacar al Copo de Hielo de éste aprieto...
Riendo, y con suma tranquilidad, Franken retiró su brazo de la mano de Kozuke, asintiendo, tras ésto, con una enorme sonrisa en su rostro...
Franken: Con gusto, señor... (Riendo)
Kozuke: Tu también, Yorumaru...
Suspirando, Yorumaru no hizo más que acercarse a la barrera, esperando las órdenes de Kozuke...
Yorumaru: Sea lo que sea...Si no funciona, perderemos un soldado más...
Dando unos pasos atrás, Kozuke pidió a Franken que le siguiera, dejando a Yorumaru justo delante de la barrera, siendo quien más cerca se encontraba de ésta...
Kozuke: Necesito que entres a esa barrera, Yorumaru...Sacaremos a Emi, pero necesito que mantengas a Shiro en su interior...
Yorumaru: (Suspirando) Haz lo que tengas que hacer...
Sin titubear, Kozuke se acercó hacia Yorumaru, empujándolo con brusquedad hacia una de las paredes de la barrera, haciéndolo desaparecer dentro de uno de sus portales antes de que siquiera pudiera hacer contacto con el hielo que la formaba...
Ante los ojos de Yorumaru, todo a su alrededor se había vuelto una simple sombra negra, la cual no le permitía ver nada más que su propio cuerpo, cubierto por una espesa bruma blanca...
Aquello que lo cubría no era más que los microscópicos escombros de hielo que, tras haber atravesado la barrera, aún cuando lo hizo a través de uno de los portales dimensionales de Kozuke, parecían haber sido desprendidos de varias zonas de las paredes exteriores de la misma...
Pocos segundos pasaron, hasta que Yorumaru, aún envuelto entre el frío aire que de los escombros había quedado, apareció en el interior de la barrera, justo entre el filo de las espadas de Shiro y Emi, a punto de chocarse entre sí, siendo rápidamente detenidas por las manos, sin protección alguna, de Yorumaru...
Poco a poco, la hoja de la espada Kusanagi, empuñada por Shiro, iba atravesando la palma de la mano de Yorumaru...Éste, como si nada ya le importara, trataba de pasar por sobre su propio compañero para lograr herir a su contrincante...
Yorumaru: (Pensando) Maldición...
Sin pensarlo dos veces, Yorumaru puso toda la energía que para entonces poseía en la mano que, por su compañero, estaba siendo cortada a la mitad...
Yorumaru: ¡Detente!
Justo frente a los ojos de Shiro, la hoja de la espada Kusanagi se había enterrado en la mano de Yorumaru, tras ser bruscamente presionada por éste, en un intento de detener a su compañero...
Sorprendido, Shiro no hizo más que ver cómo Yorumaru, reaccionando pocos segundos después...
Shiro: ¿Q-Qué se supone que haces, Kurayami?
Pocos segundos antes de que Yorumaru siquiera pensara en una respuesta para la pregunta de Shiro, justo detrás de él se había abierto uno de los portales de Kozuke, del cual, casi al instante, apareció lo que parecía ser una serpiente, totalmente negra...
Desde el interior de la barrera de hielo, Yorumaru podía ver como aquella serpiente salía de la muñeca izquierda de Franken, quien parecía estarla controlando como si se tratara de una extensión de su propio brazo...
Yorumaru: Detenemos ésta pelea infantil...
Sin cuidado alguno, la serpiente tomó a Emi, enroscándose alrededor de su torso, llevándola al interior del portal que se encontraba a sus espaldas...
Por su parte, Yorumaru, aún sosteniendo la hoja de la Espada Kusanagi, invocó su propia Katana, en la mano que ahora, tras haber soltado el arma de Emi, mantenía libre, apuntando hacia la pared de la barrera que se encontraba a sus espaldas con la punta de la hoja de su espada...
Yorumaru: ¿Qué necesidad había de tratar de llegar a algo como esto con mi alumna?
Sin titubear, Yorumaru despojó a Shiro de su arma, sin tocar la empuñadura de la misma, consciente de que, al pertenecer a Shiro, ésta debía ser incluso más mortal que su propio filo...
Tras gritar aquellas palabras, la hoja de la espada de Yorumaru, totalmente tintada con un sombrío color purpúreo, comenzó a brillar, rodeada por una bruma carmesí, la cual comenzó a reunirse casi exclusivamente en el filo de la espada...
Tras haber desaparecido casi completamente entre la luminosidad que cubría su arma, Yorumaru procedió a lanzar ésta justo hacia la pared hacia la que estaba apuntando, logrando, entre cantidades inmensas de escombros, sacar a Shiro de la barrera, junto a él...
Una vez fuera de la barrera, Yorumaru, confundido, se percató de que Emi no se encontraba junto a Franken y Kozuke, y preocupado, le pregunto a éstos sobre ella...
Franken: No te preocupes...Está bien...
Kozuke: Se suponía que solo era un entrenamiento, Shiro...¿En qué estabas pensando?
Sin decir palabra alguna, Shiro comenzó a caminar hacia la salida de la habitación en la que se encontraban, una de las muchas secciones de su laboratorio, dejando solos a sus compañeros...
Kozuke: (Suspirando) Después de tanto tiempo...Supongo que jamás entenderé cómo piensa éste sujeto...
El Hilo Rojo
-Lebensunwertes Leben-
Tras haber logrado detener a Shiro y Emi, tanto Kozuke como Franken y Yorumaru, dentro del laboratorio en el que anteriormente se encontraba la barrera de hielo de su compañero, decidieron regresar a los jardines de la mansión, con la intención de ofrecer sus disculpas a quienes, desde el punto de vista de Kozuke, se habían visto amenazados por el orgullo de uno de sus superiores...
Una vez que los tres se encontraban en los jardines posteriores de la mansión, se encontraron con una pequeña sorpresa...Shiro, empuñando su Katana una vez más, con una expresión de terror e ira en su rostro...
Kozuke: ¡¿Qué se supone que haces ahora?!
Kozuke, totalmente extrañado, no hizo más que acercarse a un inmóvil Shiro, quien empuñaba con total firmeza la espada que por tanto tiempo lo había acompañado, para darse cuenta de que, justo frente a ellos se encontraba solo la aparentemente desarmada figura de Hitomi, quien no hacía más que desviar su mirada hacia Akai y Haruka, quienes, extrañado, tampoco comprendían la actitud que Shiro había adoptado contra ella...
Shiro: Esa cosa...Esa cosa simplemente no debería de estar aquí...
Tembloroso, Shiro ya no podía mantener la firmeza con la que sostenía la Espada Kusanagi, la cual ahora se tambaleaba de un lado a otro, sin parar...Justo frente a sus compañeros, la total firmeza de Shiro parecía haberse quebrantado...
Kozuke: Cálmate...
Kozuke, preocupado por lo que le podía estar ocurriendo a Shiro, le ayudó a bajar la hoja de su espada, tratando de calmarlo, empujándolo a envainar una vez más su arma, mientras esperaba una explicación por su parte...
Por su parte, Yorumaru guardaba silencio, manteniéndose de pie junto a Franken, quien, con una expresión totalmente diferente a la que antes poseía, la cual denotaba una total intolerancia hacia lo que ahora ocurría, no podía hacer más que esperar que Kozuke lograra calmar a Shiro por completo...
Kozuke: ¿Puedes explicarme ahora lo que pasó? ¿Por qué empuñaste tu espada contra ella?
Shiro: Su cuerpo...Ella no es más que una masa pura de Chakra...
Volteando la mirada hacia Yorumaru, y envainando con total calma su espada, Shiro procedió a terminar su frase, dirigiéndose a éste, como si, al igual que Kozuke, le hubiera hecho una pregunta...
Shiro: Solo es...Lo poco que quedaba de tu Humanidad...
Confundido por las palabras de Shiro, Yorumaru no podía encontrar una manera de relacionar sus palabras con el hecho de que éste, totalmente furioso, levantó su arma en contra de Hitomi...
Yorumaru: ¿A qué te refieres?
Exaltado, Yorumaru trató de acercarse a Shiro, siendo detenido por Franken, quien no hizo más que interponer su brazo justo delante de éste, negando a éste, sin siquiera obligarlo, el posible hecho de que tratara de atacar a Shiro...
Franken: Cálmate, Yorumaru...
Shiro: ¿Acaso no puedes notarlo? Si antes no eras un humano...Ahora no eres ni siquiera un demonio...No eres más que un monstruo...Y ella no es más que la cáscara vacía de lo que fuiste...¡Un arma del mundo Ninja, igual que todos nosotros!
Shiro, aparentemente en calma, le dio la espalda a Kozuke, caminando con total tranquilidad hacia Yorumaru...Justo al encontrarse frente a frente con éste, posó su mano sobre el brazo de Franken, retirándolo del frente de Yorumaru...
Shiro: Ella no es más...Que el recuerdo de lo que nunca fuiste...
La mano que Shiro había utilizado para retirar el brazo de Franken, de un momento a otro ahora se encontraba sobre el pecho de Yorumaru, sin ejercer fuerza alguna, sin realizar ninguna clase de movimiento...
Shiro: ...El Recuerdo de tu falsa existencia.
Extrañado y enojado, Yorumaru retiró bruscamente la mano de Shiro de su pecho, dándole la espalda a éste, dirigiéndose una vez más hacia el cementerio de los jardines principales de la mansión...
Sin hacer caso a quienes le acompañaban en aquél inmenso "patio trasero", Hitomi, con la mirada fija en Yorumaru, no hizo más que seguirlo, con la intención de detenerlo y hacerlo regresar con Shiro y los demás...
Yorumaru: No tiene sentido que trates de hacerme volver...A fin de todo...No existo ¿No es así?
Sin siquiera voltear, Yorumaru pronunció una oración más, para así proseguir con el camino a su no muy lejano destino...
Yorumaru: Tal vez así estaba planeado desde un principio...
Deteniéndose en seco, y con un tono casi inaudible, Yorumaru prosiguió con sus palabras, volteando levemente la mirada, no llegando a ver a Hitomi, mas logrando observar con total claridad las mirada fijas que Shiro, Kozuke y Franken dirigían hacia él...
Sin decir nada más, Yorumaru continuó caminando, dejando atrás a Hitomi, dirigiéndose de nuevo hacia el cementerio, con la esperanza de poder terminar con tranquilidad lo que antes trataba de hacer; encontrar el lugar de origen de los objetos que, momentos atrás, habían sido encontrados en la mansión...
Hitomi: E-Espera...
Con total indiferencia, Yorumaru paró una vez más de caminar, esperando que su acompañante dijera algo más tras hacerlo detenerse...
Yorumaru: Dame una razón para seguir de pie aquí...
La voz de Yorumaru, antes cargada de Ira y Orgullo, ahora no hacía más que denotar lo que en verdad sentía y pensaba; su voz ahora mostraba un profundo tono de tristeza, el cual, de alguna manera, parecía haber sido causado por el comentario que, segundos atrás, había realizado...
¿Por qué habría de verme de nuevo como un Humano?
Simplemente...Simplemente ya no Existo
Aquellas palabras, cargadas de resentimiento hacia su propio ser, eran lo único que pasaba por la mente de Yorumaru, totalmente sumida en su propio orgullo...
Yorumaru: ¡Habla!
En un total silencio, Hitomi bajó la mirada, evitando ver los ojos vacíos de Yorumaru, quien había volteado a verle, esperando, lleno de ira, las palabras que ésta estaba tratando, con sumo esfuerzo, de decirle...
Hitomi: P-Por favor...
Temblorosas, las palabras de Hitomi parecían no poder ser escuchadas por Yorumaru, quien totalmente sumido en su propio orgullo, dio la vuelta, y comenzó a caminar, pronunciando solo una pequeña oración a su nerviosa acompañante...
Dejando atrás a Hitomi, la mente de Yorumaru no hizo más que fijarse en una única labor; encontrar la fuente de los objetos que, desde hace horas atrás, había estado nublando su pensamiento...
Por su parte, Hitomi, entre silentes lágrimas, se dirigía una vez más a los jardines traseros, buscando en Kozuke, Franken, e incluso Shiro, una respuesta a lo que acababa de pasar...
Kozuke: Lo siento...Con toda sinceridad, creo que nunca lo había visto actuar de esa manera...
En silencio, Shiro comenzó a caminar, alejándose de sus compañeros, sin siquiera poner su vista sobre ellos...Al igual que Yorumaru, hacía algunos minutos, éste se encontraba caminando hacia los jardines principales...
Franken: ¿Deberíamos detenerlo?
Kozuke: Déjalo...No podemos estar detrás de él cada vez que discuta con Yorumaru...Ambos ya se llevan conociendo desde hace un buen tiempo...
Hitomi, extrañada, y aparentemente enojada, se dirigió hacia Haruka y Akai, acercándose bruscamente hacia ambos...
Hitomi: ¡Por favor, háganlo regresar!
En total calma, Akai se limitó a arrodillarse, tratando de igualar la altura de Hitomi, pronunciando palabras que, de alguna manera, no hicieron más que alarmarla...
Akai: Lo Siento...Dudo que podamos siquiera llamar su atención...Haz de conocer mejor sus habilidades que nosotros, y por esa misma razón...Deberías de comprender que no podríamos contra él, incluso si nos dijeras todos y cada uno de los movimientos que realizará...
Por su parte, ya en los jardines principales, Shiro se encontraba justo frente a Yorumaru, como si se encontrara esperando una respuesta de éste, quien, en el suelo, se encontraba una vez más frente a la tumba a la cual ahora, con su singular cuchillo en mano, parecía encontrarse atado por los tallos de las rosas que frente a él se encontraban, los cuales habían crecido alrededor de sus brazos...
Shiro: ¿Cuánto tiempo pasó? ¿Es normal que esas cosas te hayan atrapado tan rápido?
Sin recibir respuesta alguna de este, Shiro se puso a contemplar el cementerio en espera de que Yorumaru se dignara siquiera a levantarse para dar señales de que estaba vivo.
Fue lo que pensó Shiro mientras miraba a la nada, perdido en sus pensamientos...Pocos minutos pasaron, hasta que decidió voltear para ver a Yorumaru otra vez...
Una idea pasó por la mente de Shiro repentinamente, y estaba mas que seguro que podría ayudar a Yorumaru para que, de alguna manera, saliera de esa depresión en la que estaba sumido...
Shiro procedió a tomar a Yorumaru del hombro para que se levantara del suelo, y acto seguido, le propinó un cabezazo directo a la frente, lo cual no solo lo sacó de su Coma, sino que también lo puso realmente enojado...
Yorumaru: ¡¿Cuál es tu problema?! ¡¿Acaso eres idiota?! ¡¿O es que no has madurado lo suficiente como para dejar de hacerme la vida imposible?!
Shiro no respondió, simplemente lo golpeó en el estomago con la suficiente fuerza para hacerlo caer al piso, mientras sacaba de su bata blanca una caja de cigarrillos...
Shiro: Eres un cascarón vació y sin esperanzas, ¿Lo sabías?
Yorumaru: (Adolorido) Maldito infeliz, ¿Cual es tu problema conmigo?
Shiro: Estás todo el día de malas y callado, y tu sabes que a mi me desagrada la gente que está así siempre sin razón alguna.
Yorumaru, de alguna manera, había olvidado su enojo con Shiro...Ambos entonces se pusieron a charlar durante un largo rato sobre todo lo que les venía a la cabeza...
Recuerdos incluso chistosos venían a la mente de Shiro y Yorumaru; entre ellos, una pequeña teoría de Kozuke, según la cual, solo cuando los planetas se alineaban, Shiro y Yorumaru dejaban de discutir y platicaban en paz y armonía como si fueran dos amigos de toda la vida...
Viendo como Shiro mantenía entre sus dedos un cigarrillo encendido, el cual colocaba y retiraba de su boca al compás de lo que parecía ser incluso un tarareo constante, Yorumaru se dirigió a Shiro, desviando su mirada a una pequeña nube de humo, proveniente de su boca...
Yorumaru: Entonces, ¿Desde cuándo fumas? se supone que, de entre nosotros, tu eres el frío-
Shiro: Y tu el fogoso..Para tu información, he estado fumando desde hace varios meses para poder relajarme, y aún no termino de entender como llegué a esto...Por cierto, la razón por la que vine aquí a perder mi tiempo contigo es para animarte...Por si no lo habías notado.
Tras ser interrumpido por Shiro, Yorumaru volvió su vista a la entrada de la mansión, en la cual se reflejaba la luz del sol, de la cual siempre pensó que terminaría huyendo...
Yorumaru: ¿Estás bromeando, verdad? No es necesario que hagas esto...En ningún momento he estado desanimado...
Shiro: Por favor, amigo, no intentes engañarme con eso, pero mas que nada no intentes engañarte con eso, pues tu y yo sabemos muy bien que estás de todo menos bien...(Suspirando) Entiendo muy bien por lo que estas pasando.
Yorumaru: Ni siquiera tú creerías lo que acabas de decir...Sé que has hecho muchas cosas, alardeas sobre eso siempre, ¿Pero en serio crees poder entenderme?
Yorumaru se levantó entonces, fastidiado por el humo del cigarrillo de Shiro, apoyándose en una de las lapidas, viendo desde allí como dos pájaros revoloteaban de un lado a otro. Durante unos minutos Yorumaru se quedó en silencio para reflexionar, hasta que escuchó algo que no solo lo sacó de su trance, sino que también le heló la sangre...
Fueron las palabras que Shiro le dijo después de darle un golpe en la nuca, como si estuviera regañando a un perro malo...
Yorumaru: ¿A qué te refieres ahora, helado parlante?
Shiro: Estoy refiriéndome a la batalla contra Kirge y Szayel...Cuando crucé por aquella puerta...Cuando encontré al Doppelgänger que por poco se hace con mi vida...Yo fui como tú alguna vez; Alguien frío y arisco, alguien sin miedo ni emociones, alguien que quería dejar de lado una parte de si mismo que lo definía como lo que mas odiaba.
Yorumaru: Shiro...
Shiro: Al igual que Hitomi, ese Doppelgänger era la poca humanidad, la esencia de lo que yo alguna vez fui; tu y yo nos hemos separado de esa humanidad, lo cual ha logrado que nuestras almas se oscurezcan totalmente y nos hagan ser lo que ahora somos...Pero veo que esto no te esta haciendo mucho bien que digamos...
Yorumaru: No lo había visto de ese modo, pero...
Yorumaru quedó helado tras escuchar las palabras de Shiro; no podía creer que alguien en serio pudiera entenderlo de tal manera, y mas aun que ese alguien fuera Shiro Kurosuke, una de las personas mas indiferentes que había conocido en su vida...
Eso lo dejó muy impresionado, pues sabía muy bien que era verdad, después de todo lo decía por experiencia propia...
Además de intentar pensar en una respuesta para Shiro, Yorumaru se planteaba sobre lo que éste había dicho, pero por más que intentara refutar lo que le dijo, no podía hacerlo, surgiendo así, en su mente, una sola pregunta...¿Cuál era la solución?
Yorumaru: ¿Qué?
Shiro: En serio debes dejar de desvanecerte así...Acabo de decirte que te pareces a Alastor...
Yorumaru: No comprendo...¿Por qué lo dices?
Shiro: Lo noté hace tiempo, y empezó justo cuando llegó Hitomi...Tu actitud es la de un Hikikomori*...Apenas sí te diriges a nosotros para preguntarnos la hora...Te molestas incluso por lo mas absurdo...
- Hikikomori: Persona con un severo complejo antisocial que prefiere estar alejado de la sociedad y no tolera mucho la compañía de otros. Shiro utiliza este termino para referirse a la actitud no tan sociable de Yorumaru.
Yorumaru: Supongo que no lo había visto de esa manera...
Shiro: ¿Vez? y no es por decir que Alastor hubiera sido alguien indeseable entre nosotros, pero no creo que debas ser así, salvo que quieras acabar justo como él...
No creo que debas ser así, salvo que quieras acabar como él.
Esas palabras retumbaron en la cabeza de Yorumaru, y no importara que pensara no podía sacarlas de allí...El silencio una vez mas se hizo presente y permaneció entre aquellos dos durante unos minutos mas; Yorumaru buscaba en su mente cualquier recuerdo de antes de la llegada de Hitomi donde pudiera encontrar algo para contradecir a Shiro, pero sabía que ni aún así podría evitar los hechos: Se estaba convirtiendo en una suerte de clon de Alastor...
Con solo aquellas palabras en la cabeza, Yorumaru se había perdido una vez más entre sus pensamientos, siendo despertado una vez más por Shiro...
Yorumaru: ¿Qué?
Shiro: Te lo acabo de decir, Murciélago...Deja de abstraerte de esa manera cuando estás en compañía de alguien, es muy descortés...
Yorumaru: ¿Descortés? No eres quién para decirme que estoy siendo descortés, paleto...
Shiro: Puede que tengas razón, pero tengo algo mas que decirte, emo, y es algo que seguro te importará mucho.
Yorumaru: ¿Aun tienes más que decir? Eres peor que un comediante que no sabe que es malo y continua con su acto...
Lo que dijo Shiro fue, sin duda, lo más impresionante que le hubieran dicho a Yorumaru alguna vez, y ni siquiera eso servía para acuñarlo...
Tu presencia es idéntica a la suya.
Habría sido un buen comienzo para explicarle lo que significaba, pero lo que dijo fue tan directo que le resultó algo de otro mundo, aún siendo él algo sacado de otro mundo...
Yorumaru: ¿Mi aura es como la suya?
Shiro: Si, lo descubrí hace unos días mientras estaba en el laboratorio...Posiblemente está relacionado con el hecho de que Hitomi sea una parte mas de ti, y es que tu Chakra, tu esencia existencial, se asemeja ahora más que nunca a la que Alastor poseía cuando estaba entre nosotros...
Aún confundido, Yorumaru se limitó a guardar silencio, bajando la mirada, mientras trataba de buscar algo que le indicara que, en efecto, lo que estaba diciendo Shiro era real...
Levantándose de la lápida sobre la cual se encontraba apoyado, y tras tomar las rosas y el cuchillo que habían quedado en el suelo, Yorumaru comenzó a caminar, y pidiéndole a Shiro que le acompañase...
Yorumaru: Disculpa...La verdad, ésta conversación me ha intrigado mucho...Más...Creo tener una idea de quién pudo dejar éstas cosas aquí...
Seguido por Shiro, Yorumaru caminó hasta el interior de la mansión, adentrándose así en los sótanos de la misma...
Por alguna Razón, Yorumaru se sentía atraído por aquél lugar; simplemente, era como si su numerosas veces interrumpida investigación no hubiera hecho más que guiarlo hasta aquél húmedo y oscuro lugar que servía como depósito para los habitantes de la Mansión...
Shiro: ¿Era necesario venir hasta aquí? Éste lugar hiede como nada que haya podido oler antes...
Sin decir ninguna palabra, Yorumaru colocó ambas rosas, las cuales sostenía con su mano izquierda, sobre una pequeña caja de madera oscura que se encontraba en el suelo, y sin pensarlo dos veces, utilizando el cuchillo, rasgó su muñeca izquierda, dejando caer su sangre sobre sus pétalos, tiñendo así con ésta los blancos pétalos de una de ellas, y manchando de rojo los negros pétalos de la otra...
Yorumaru: Éste cuchillo...Sabía que lo había visto en algún otro lugar...
Mientras veía como su roja y espesa sangre teñía los pétalos de la Rosa blanca, Yorumaru relató a Shiro el momento en el que, durante la guerra contra el Letz Batalion, Kirge Tsuki atravesó su abdomen con una suerte de daga, de una coloración negruzca, totalmente idéntica a la que ahora él tenía la suerte de empuñar...
Yorumaru: Por alguna razón, ya no puedo sentir el dolor que sentí en aquél momento...Con solo haber tocado su hoja, ya podía sentir como penetraba en mi piel...
De un tajo, y dejando perplejo a Shiro, Yorumaru terminó por cortar completamente la piel que recubría las venas de su brazo izquierdo, dejándolas totalmente al descubierto, más no dañándoles, y sin sentir nada por ésto, procedió a decir una frase que, ante el asombro de Shiro, no hizo más que avivar los pensamientos que éste tenía sobre la inestabilidad mental de su compañero...
Soltando la pequeña y mellada daga, Yorumaru se dirigió una vez más hacia aquellos objetos, mientras su ahora totalmente desprotegido brazo terminaba de desgarrarse, dejando caer lo que parecieron ser litros de sangre, ante los ojos de Shiro, sobre la pequeña caja que servía de apoyo a las dos rosas, ahora de una coloración enteramente Carmesí...
Cerrando los ojos, mientras su brazo comenzaba a regenerarse, Yorumaru retomó su postura firme, que antes había perdido, tras haberse autolesionado, terminando, de una vez por todas, su suerte de plegaria...
De un momento a otro, la pequeña caja de madera sobre la que se encontraban las dos rosas terminó por desquebrajarse, esparciéndose en cientos de trozos a los largo del suelo, dejando caer sobre éstos no solo las ya mencionadas plantas, sino también la sangre de Yorumaru...
Finalmente, y mientras observaba como la sangre se unía por completo a las flores, librando así el suelo de la habitación de aquella mancha roja que por sobre él se ceñía...
Confundido, Shiro dio un paso delante, situándose justo al lado de Yorumaru, observando las ahora rojas flores que en el suelo se encontraban, exclamando sus dudas ante éste...
Shiro: ¿Q-Qué estás haciendo?
Yorumaru: Tranquilízate...Solo mira lo que está por ocurrir...
Siguiendo la vaga instrucción de Yorumaru, Shiro observó, perplejo, el suelo que, frente a ellos, había comenzado a astillarse, formando una suerte de escritura, justo a sus pies...
Sin siquiera una mínima idea del significado de aquella extraña oración, tanto Shiro como Yorumaru, perplejos, aún habiendo sido éste último quien había llevado a cabo el acto que, ahora, les mostraría aquél mensaje, se limitaron a guardarse para sí mismos lo que acababan de leer, procediendo así a devolver la habitación a su estado original, saliendo de ésta con solo una pregunta en mente...
Sin una respuesta a su personal interrogante, ambos compañeros se limitaron a salir una vez más de la mansión, cubriéndose bajo el manto que, al unísono con las sombras de la mansión, teñían todo rastro de color de una profunda bruma negra...
Al igual que horas antes, éstos no se encontraban solos...En aquél frío y oscuro exterior, aún se encontraban los demás miembros de la organización; Yashamaru, Itami, Haruka, Akai, Franken y Kozuke, y junto a ellos, Hitomi y Tsubomi...
Kozuke: ¿Ya han dado fin a su discusión?
Dejando escapar una suerte de sonrisa, y extrañando, en parte, a Yorumaru, Shiro respondió a la pregunta de Kozuke, con palabras tan simples como la escena que frente a él veía; por una vez, en mucho tiempo, podía ver la extraña esencia humana que tenía la organización...
Shiro: Si termináramos con algo como eso, dudo que podamos seguir viviendo en total normalidad...
De igual manera que su compañero, Yorumaru dejó escapar así una pequeña risa, dirigiéndose hacia Kozuke, y expresando a éste y a los demás sus disculpas...
Yorumaru: Siento haberme comportado así, la pelea con Shiro...Y todo lo demás...
Con un tono de aburrimiento, Yorumaru se permitió a sí mismo terminar su oración, y caminando hasta quedar a un lado de Kozuke, se inclinó levemente, descubriendo así que, detrás de éste, se encontraba Hitomi, por alguna razón, escondida...
Yorumaru: Entonces...Es verdad...
Arrodillándose, y plasmando una forzada sonrisa en su pálido rostro, Yorumaru no hizo más que extender su mano, pidiendo a Hitomi que la tomara...
Pronunciando aquellas palabras, justo después de que Hitomi tomara su mano, Yorumaru se dispuso a ponerse de pie, volteando la mirada hacia el fondo del profundo jardín, dirigiendo lo que parecía ya ser una sonrisa totalmente natural a sus compañeros, y una risa burlona a Haruka y Akai...
La noche ya había llegado a su final...Mientras toda luz era cubierta por el negro manto de la Luna durmiente, los miembros de Akatsuki Afterlife entraban a la enorme mansión que, bajo ésta, se mantenía erguida, a pesar de su avanzada edad...
Más no todos se adentraron en el antiguo edificio; Yorumaru, por su parte, decidió quedarse fuera, por alguna razón que, incluso para si mismo, parecía desconocida...
Yorumaru: Es demasiado tarde para que estés aquí afuera...¿No Puedes dormir?
Las horas habían pasado, y junto a ellas, el sueño había llegado a la gran mayoría de los habitantes de la Mansión, dejando lo que parecían ser dos pequeñas excepciones...
Vistiendo aún su reluciente vestido azul, apenas visible entre las sombras que cubrían aquél inmenso jardín, Tsubomi, de alguna manera, había salido de la mansión sin que nadie se diera cuenta, y ahora, en la profunda oscuridad de la noche, se encontraba acompañando a Yorumaru...
Tsubomi: ¿P-Por qué te haz quedado sólo aquí afuera?
Yorumaru: Supongo...Que tampoco puedo dormir...
Yorumaru, quien se encontraba sentado en el suelo del jardín, se puso de pie, volteando la mirada hacia su acompañante...
Yorumaru: Ven, debes entrar a la mansión...Terminarás por enfermarte si te mantienes aquí afuera por mucho tiempo...Supongo que puedes sentir el mismo frío que siento yo...
Extendiendo su brazo, tal como lo había hecho horas atrás, Yorumaru ofreció su compañía a Tsubomi, y ésta, aceptándole, tomó su mano, mientras, en total silencio, comenzaban a caminar hasta el interior de la Mansión...