Wiki Akatsuki Afterlife
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Caminos Cruzados
~Danse Macabre~
Caminos Cruzados ~Danse Macabre~

(クロスローズ〜死の舞踏〜, Kurosurōzu
〜shinobutō〜
)

Información
Saga Caminos Opuestos (Saga)
Personajes
Soldados de Shiro

"Y el Ángel aceptó la atrevida petición de su opuesta acompañante, tomando su mano sin dudar.
Una macabra danza entre Ángeles y Demonios y una última petición
."

Caminos Cruzados ~Danse Macabre~ (クロスローズ〜死の舞踏〜, Kurosurōzu 〜shinobutō〜) es el primer capítulo especial (OVA) de la saga Caminos Opuestos, ubicado entre el final de La Ambición de los Dioses - El Dios del Destino Inexistente y el inicio del primer capítulo de la ya mencionada saga.

Tras la caída de la oscura noche, un demonio se percata de que, tanto él como sus iguales humanos, no podían alejar su mente del dolor que ellos mismos se causaban; incapaz de encontrar una manera de librar su mente y la de sus compañeros del dolor que segaba sus ojos, decide acudir a su propia alma en busca de una manera de hacerlo; Una celebración se llevaría a cabo en la Mansión. Un macabro Baile en el Salón.

Sin Siquiera Pensarlo
Le Couleur d'un Coeur

0pxv/AsysZQYBQU80 Dance of Pales


"Y haciendo caso a lo que su alma le decía, el desafortunado chico fue engullido por la inocencia que sus ideas poseían, cubierto aún por el manto de sus sueños".


Una vez había acompañado a Tsubomi al interior de la Mansión, Yorumaru tomó un camino separado al de su acompañante, dirigiéndose así a su propia habitación, ubicada en los sótanos del viejo edificio...

Sin ninguna clase de perjuicio en su mente, atravesó la puerta de su habitación, encontrándose así con Hitomi, quien, de pie justo frente a Yorumaru, no hizo más que abalanzarse sobre él, en un intento de hacerlo caer al suelo...

Yorumaru: ¿Es idea mía, o el que Shiro te haya amenazada con su espada hizo que enloquecieras?

Sin decir palabra alguna, la joven niña no hizo más que reír, mientras se sujetaba de Yorumaru, quien no podía hacer más que esperar a que ésta le soltase...

Hitomi: ¡Solo trato de animarte!

Sorprendiendo, de alguna manera, a Yorumaru, Hitomi procedió a soltarlo, mientras observaba la clara expresión de asombro que en su rostro se había plasmado...

Yorumaru: ¿Animarme?

Extrañado, Yorumaru no pudo hacer más que observar como Hitomi tomaba su mano izquierda, apretándola con lo que parecía ser toda la fuerza que, para aquél momento, poseía; ni siquiera suficiente como para causar que la piel de Yorumaru se arrugase al contacto con sus dedos...

Hitomi: No trates de mentirme...¡Simplemente, sé que estás triste!

Yorumaru: Bien deberías saber que, por mucho que parezca que estoy triste o desanimado, eso es solo parte de mi apariencia...A fin de todo, dudo que alguien que está muerto pueda verse bien de alguna manera.

Alejándose pocos pasos de la parte de la habitación en la que se encontraba, Yorumaru fue detenido por las palabras de Hitomi, quien, por mucho que él supiera que al haber sido creada de su alma ésta tendría gran parte de los recuerdos que él ostentaba, no pudo hacer más que mostrar su casi invisible tristeza ante su acompañante...

¡Haz perdido a toda tu familia!
¡Eso es una razón para que estés triste, pero esa tristeza no tiene porqué durar toda una eternidad!

Dándose la vuelta, para así quedar, una vez más, frente a frente con Hitomi, Yorumaru, con lo que parecía ser una lágrima recorriendo la mitad derecha de su rostro, dirigió solo una frase más a su acompañante, antes de caminar una vez más hacia su vieja cama, para sentarse sobre ésta...

Yorumaru: La verdad...Dudo que esa sea la razón de toda mi tristeza...Tal vez ellos estén muertos; nuestros padres, Kyōketsuki, Chikaku...Al final, yo también estoy muerto...¿Por qué iba a entristecerme por su partida? Ellos tuvieron mucha más suerte que yo...Han muerto y han dejado éste mundo, a diferencia de mi...

Mientras se sentaba sobre la superficie de su cama, y esperaba a que Hitomi lo hiciera también, Yorumaru prosiguió con su oración, mientras plasmaba en su rostro una forzada sonrisa, a la par que sentía como la gruesa lágrima que de su ojo derecho había brotado caía de su rostro...

Yorumaru: ...Es gracioso, incluso...Ellos se han ido, más haz llegado tú, y de igual manera, sigue estando Shinjiru...

Volteando su mirada hacia Hitomi, Yorumaru, aún sonriendo, terminó su oración, en un profundo susurro, casi inaudible...

...Ahora ustedes son mi familia, de la misma manera que los demás miembros de ésta organización.

Recostándose, Yorumaru no hizo más que cerrar sus ojos, esperando escuchar cualquier clase de respuesta por parte de Hitomi, quien, en efecto, procedió a hablarle una vez más...

Hitomi: Ahora que lo veo...Todos ustedes se sienten de la misma manera...Están llenos de odio y tristeza.

Yorumaru: Si lo dices por lo que Shiro trató de hacer, despreocúpate, pasa bastante a menudo con todos sus trabajadores...

Forzando a Yorumaru a sentarse una vez más, Hitomi volvió a dirigirse a él, con una notable expresión de molestia...

Hitomi: ¡Eso no me importa ya! ¡El punto es que todos, incluso él, parecen tristes!

Ya sentado, y con una expresión de total aburrimiento, Yorumaru no hizo más que observar a su acompañante, sin ninguna manera de poder responder a lo que había dicho...

Hitomi: ¿No Piensas decir nada?

Yorumaru: ¿Debería? No creo poder decir nada al respecto...De alguna manera, tienes razón...Muchos de los actuales integrantes de la organización se han unido solo por deseos de venganza contra sus naciones, contra sus propios familiares; su rencor es tan grande como lo fue el mío contra Chikaku...De alguna manera, han encontrado una manera, no solo de llevar a cabo su plan para acabar con su propio remordimiento, sino de olvidar quiénes eran antes de conocernos...

Dejándose caer, de espaldas sobre la cama, Yorumaru se dirigió una vez más a Hitomi, mientras ésta simplemente le observaba...

Simplemente...Quieren aprovechar su tristeza.

De igual manera, dejándose caer justo a un lado de Yorumaru, Hitomi respondió a sus frías palabras, con una simple e inocente interrogante...

Hitomi: (Susurrando) ¿Crees que haya una manera de hacer desaparecer esa tristeza?

Yorumaru: Tal vez la haya...Más no tengo ni la más mínima idea de cuál sea...¿Tienes alguna idea?

Respondiendo a la pregunta de Yorumaru, mientras le rodeaba con su brazo izquierdo, Hitomi, entusiasta, esbozó una clara sonrisa en su rostro, la cual, de alguna manera, parecía haber calmado a Yorumaru, quien, por alguna razón, parecía haber perdido el aliento pocos segundos antes...

¡Creo tener una idea!

Justo antes de caer en un profundo sueño, solo minutos después de haber escuchado la entusiasta respuesta de su acompañante, Yorumaru, adormecido, pudo pronunciar solo una breve frase, fría en su totalidad, expresando con ésta su interés por saber lo que por su mente pasaba...

Realmente...M-Me gustaría saber de qué se trata.

Llega la Noche
La Danse Commence

0pxv/mIs2SylNNU00 Dark Eyes


"Dando inicio a una nueva noche, los invitados llegan, y junto a ellos, una joven melodía, al aire, suena sin piedad alguna, incitando a los presentes a caer en su oferta".


La noche había terminado, y como si fuera su única intención, Yorumaru y Hitomi se dirigieron al salón principal de la mansión, tratando de llegar a éste en un momento en que pudiesen encontrar a todos los miembros de la organización reunidos en él...

Justo al llegar al gran salón, ambos no hicieron más que encontrarse con una desolación que superaba incluso a la que podía observarse a altas horas de la noche, justo en ese mismo lugar...

Yorumaru: Supongo que tendremos que esperar un poco...

Tomando asiento en la enorme mesa del salón, Hitomi y Yorumaru, rodeados por el silencio de la soledad que les rodeaba, y manteniendo éste en total tranquilidad, procedieron a esperar a que los demás miembros de la organización despertasen y bajaran, al igual que ellos lo habían hecho, a la sala en la que se encontraban...

La mañana había avanzado con suma lentitud, pero la casi agotada paciencia de Yorumaru y Hitomi había dado sus frutos; la primera persona, luego de ellos, en entrar al salón de la mansión había sido nada más y nada menos que Shiro...

Shiro: ¿Hace cuánto están aquí?

Shiro, con una clara expresión de disgusto en su rostro, había arrastrado una de las sillas de la mesa del salón, para así sentarse sobre ésta, dirigiéndose desde su asiento hacia sus acompañantes...

Shiro: Zangetsu y Tatsumi me han dicho que ustedes dos estaban aquí...¿Qué traman ahora?

Extrañado, Yorumaru miró a su al rededor, buscando algún rastro de los sirvientes de Shiro en el salón...

Shiro: No te molestes en buscarlos; no han pisado éste lugar en ningún momento.

Yorumaru: Sigues utilizando tus cámaras ¿no?

Asintiendo con la cabeza, Shiro respondió a la pregunta de Yorumaru, mientras se acomodaba en su asiento, colocando sus piernas extendidas al aire, justo por sobre la superficie de la mesa del salón...

Shiro: ¿Qué chiste tendría que dejara de usarlas?

Yorumaru: Supongo que por ellas nadie hace nada en éste lugar...(Suspirando)

Poniéndose en pie, y siendo seguido por Hitomi, Yorumaru comenzó a caminar a espaldas de Shiro, explicándole a éste la razón por la que estaban ahí a tan tempranas horas...

¿Un Baile?

Exclamando aquella pequeña frase ante sus acompañantes, con su mayor expresión de aburrimiento, Shiro no hizo más que esperar una respuesta por parte de Hitomi y Yorumaru...

Yorumaru: Ha sido idea de Hitomi...Supongo que reaccioné de la misma manera que tú cuando me lo dijo...

De alguna manera, Shiro, sentado en una de las viejas silla del salón, junto a Hitomi y Yorumaru, parecía estar interesado en aquella extraña idea...

Tal vez por simple curiosidad, o tal vez por el hecho de no tener nada mejor que hacer que seguir el juego a su compañero...Shiro había aceptado el participar de aquella curiosa idea...

Las horas habían pasado, y la orden de Yorumaru y Shiro había rondado entre los empleados de la mansión, e incluso entre los miembros de la organización...

Hoy se llevará a cabo un evento formal en la Mansión; preparen todo lo que sea necesario para que sea al menos aceptable...
...Siéntanse libres de invitar a alguien si así lo quieren...

De todas maneras, y aunque había quedado como un acuerdo el respetar a aquellas personas invitadas por sus compañeros, Shiro, con el consentimiento de Yorumaru, realizó una única advertencia tras promulgar aquella tranquila orden...

...Cuiden bien de sus invitados también; de cometer alguna falta mayor contra nosotros, no tendré ninguna piedad con ellos.

Siendo común escuchar de Shiro cosas tan exageradas como esa, todos aquellos que escucharon su advertencia, despreocupados, no hicieron más que salir de la mansión, en busca de todo aquello que, incluso sin saber si así sería, necesitarían para aquél extraño evento...

Finalmente, las horas habían pasado, y el gran salón de la Mansión rebosaba de los arreglos que los trabajadores y sirvientes de Shiro habían realizado...

La noche había comenzado, y con todos los miembros de Akatsuki Afterlife en el inmenso salón de la Mansión observando la entrada de varios de los soldados de Shiro a la misma, había comenzado también aquella macabra velada...

En el Gran Salón
Le Romance du Démon

0pxv/SYk5HLFnMv40 Daughter of Evil


"La joven canción llega a su fin, dando paso a un melancólico vals, que ofrece a un joven invitado una oportunidad que nunca habría obtenido por si mismo; el demonio ahora desea la humanidad".


Con el gran salón cubierto en su total inmensidad por la constante melodía de un distante violín, aquella extraña celebración propuesta por Yorumaru y Hitomi, y seguida incluso por Shiro, había dado comienzo...

Entonces...¿Ésta es la mansión?

Comentarios iban y venían por parte de los soldados de Shiro, quienes nunca habían tenido el privilegio de entrar a la Mansión, y que ahora se encontraban maravillados, al ver el trabajo que los sirvientes de su maestro habían realizado en tan majestuosa habitación...

Desde lo lejos, uno de los soldados de Shiro se había aproximado, apresurado, pero con total calma, hacia el lugar en el que Shiro y Yorumaru se encontraban, el lugar donde el viejo atrio, utilizado por Alastor en su tiempo como líder de la organización, se encontraba; al menos horas antes de la celebración...

Ha pasado mucho tiempo...Pero, al fin y al cabo, no haz cambiado en lo absoluto...

Vistiendo un largo abrigo verde, similar a la negra gabardina de Yorumaru, aquél joven, de cabello rubio, se dirigió a Yorumaru, justo de después de saludar a Shiro; de un momento a otro, y volteando la mirada hacia Yorumaru, aquél soldado terminó su oración, plasmando una enorme sonrisa en su rostro...

...Padre.

Totalmente firme frente a su padre, Shinjiru, hijo de Yorumaru, había arribado a la celebración que en la mansión se llevaba a Cabo, entusiasmado, pudiendo ver una vez más a quien por tanto tiempo le cuidó...

Yorumaru: En verdad ha pasado mucho tiempo, Shinjiru...

Observando como su hijo extendía su mano frente a él, para saludarle, Yorumaru no hizo más que acercarse a él, rodeándolo con su brazo izquierdo, y dando solo tres palmadas en la espalda de Shinjiru, le soltó, quedando así frente a él una vez más...

¿Formalidad entre familiares?
No recuerdo haberte enseñado algo como eso.

Volteando levemente la mirada tras pronunciar aquellas palabras, Yorumaru se limitó a decir una oración más, para luego dirigirse, junto a su hijo, al centro del gran salón, donde la gran mayoría de los invitados se encontraban de pie...

Como haz dicho, ha pasado mucho tiempo; por eso mismo, hay personas a las que quiero presentarte.

Caminando así, junto a Shinjiru, hacia el centro del salón, ambos en silencio, cubiertos enteramente por las conversaciones que flotaban entre el aire festivo de la Mansión, ambos terminaron por encontrarse con dos solitarias personas, que no hacían más que mantener su silencio, de la misma manera en la que padre e hijo lo hacían...

Bien; ellas son Tsubomi y Hitomi...

Por alguna razón, Yorumaru parecía incluso desbordar alegría, razón por la que Shinjiru, sin poder apartar la mirada de su padre, por simple vergüenza de cometer un error ante Tsubomi y Hitomi, no hizo más que reverenciarse ante ambas, pronunciando, en un aparente susurro, su nombre...

Kurayami Shinjiru...

De igual manera, Tsubomi, mirando fijamente al rostro del joven hijo de Yorumaru, pronunció su nombre, mientras trataba de librarse de Hitomi, quien, por alguna razón, se ocultaba tras sus espaldas...

Tsubomi: (Susurrando) Vamos, Hitomi; debes saludarle al menos...

Apartando su mirada hacia Tsubomi, Hitomi no hizo más que dirigir un frío saludo hacia quien podría incluso considerar su propio hijo...

Hola.

Sin decir nada más, Hitomi no hizo más que salir del salón, siendo seguida por Yorumaru, quien, extrañado, pediría a Shinjiru y Tsubomi que permanecieran en aquél lugar...

Siguiendo a Hitomi hasta el exterior de la mansión, Yorumaru terminó por alcanzarle, entre las lápidas del reluciente cementerio de los jardines principales...

Yorumaru: ¿Estás bien?

Sin siquiera voltear la mirada, inmersa entre las docenas de lápidas que le rodeaban, Hitomi, sosteniendo con fuerza la tela de su vestido, respondió a la pregunta de Yorumaru, con un tono frío y vacío...

Todas esas personas...No hago más que oler su odio...

Extrañado, Yorumaru caminó hasta situarse frente a Hitomi, arrodillándose ante ella, casi igualando su altura...

Yorumaru: (Susurrando) Esa no es razón para que abandones el salón de esa manera...Ésta fue tu idea, a fin de todo...

Aún arrodillado, Yorumaru, cabizbajo, tomó las manos de Hitomi; manos infantiles que, junto a su baja estatura, no hacían más que hacerla parecer una niña...

Fuimos uno solo durante mucho tiempo...
...Tal vez no pudiste notarlo en aquél entonces, pero...
...Los humanos son seres bastante extraños
.

Poniéndose de pie, tomando solo la mano izquierda de Hitomi, y con suerte de sonrisa esbozada en su rostro, Yorumaru procedió a terminar con su oración, mientras miraba fijamente a los ojos de su acompañante...

Muchos parecen haber sido creados solo para odiar...
...Más allá de eso; existen grandes excepciones...
...Aunque sí, muchas de las personas que han llegado a la mansión ésta noche...
...Parecen no sentir más que ira y rencor.

Comenzando a caminar, y aún sin soltar su mano, Yorumaru trataba de llevar a Hitomi una vez más al interior de la mansión...

Vamos; Tsubomi ha de estar preocupada por ti...
...A fin de todo, ni siquiera le haz dirigido una mirada antes de venir aquí.

Los minutos había pasado, con una lentitud anormal, hasta que por fin ambos se encontraron en el interior del gran salón, entre la multitud de invitados que en él se encontraban, danzando al compás de una curiosa melodía...

Hitomi: ¿Q-Qué es todo ésto?

Confundido, Yorumaru volteó la mirada, inclinando la cabeza hacia Hitomi, respondiendo, curioso, a la pregunta que ésta le había hecho...

Yorumaru: Fue tu idea ¿no? (Riendo) Solo un baile en el gran salón...

Hitomi: Nunca pensé que sería así...

Con una mirada totalmente caída, Hitomi no hacía más que observar los inmóviles pies de cada uno de los invitados; de cada uno de los presentes en aquél salón...

Ésto ni siquiera se asemeja a mi idea.

Tomando una vez más su mano, Yorumaru se encargó de hacer caminar a Hitomi hacia la única zona del salón que no se encontraba atestada de gente, lugar en el que se encontrarían Shiro, Kozuke, Shinjiru y Tsubomi...

Espero que no hayamos tardado demasiado tiempo...

Volteando la mirada hacia su acompañante, Yorumaru no hizo más que caminar hasta quedar justo a un lado de Tsubomi, Kozuke y Shiro, quedando así, junto a éstos, frente a Shinjiru y Hitomi...

Yorumaru: Vamos...Al final, un baile era lo que querías ¿No es así?

De alguna manera, Yorumaru parecía haber planeado, junto a Shinjiru, lo que pasaría después de que regresara con Hitomi al salón; aún siendo obvio que ésto no había ocurrido, Hitomi no dudó en pensar en ello...

Traten de divertirse...No es usual que se lleven a cabo eventos como éste en la Mansión...Supongo que lo saben tan bien como yo.

Dejando escapar una leve risa, Yorumaru se retiró, tras observar como Shinjiru tomaba la mano de su Doppelgänger, caminando ambos hacia las multitudes danzantes que en el centro del salón se encontraban...

El viejo violín que al fondo había estado sonando desde horas antes de que aquél curioso baile empezara había parado de sonar por unos pocos segundos, para volver a resonar en la habitación, acompañado por un piano, cuyo sonido, lejano de aquél enorme salón, no hizo más que silenciar cada susurro que en aquél tardío baile había sido formulado...

Al igual que Yorumaru, Shiro y Kozuke terminaron por retirarse del salón, dirigiéndose así a una de las puertas que, tras las inmensas columnas que dividían aquella habitación de los pasillos que dirigían a cada una de las demás alcobas de la mansión, no haría más que llevarles al lugar del cual se originaba la oscura melodía en piano que resonaba a lo largo de sus incontables invitados...

Bonita canción, Yoruyami...Si no terminas por hacernos dormir a todos, tal vez podamos pedirte que vuelvas a tocarla.

Aquellas palabras, pronunciadas por un Shiro aparentemente alegre, no habían hecho más que lograr hacer que, tanto Yorumaru como Kozuke, dejaran escapar una notable risa...

Yorumaru: Tal vez pueda hacerlo luego...Ahora, por mucho, no me importa mucho el que los invitados terminen por quedarse dormidos (Riendo)

Tomando lugar justo a un lado de Yorumaru, en su propio asiento, Shiro terminó por acompañarlo en su curiosa melodía, mientras se limitaba a decir una sola oración más...

Antes de que viniéramos aquí, Shinjiru y Hitomi parecían haber empezado a bailar con tu tétrica canción...¿Eso era lo que buscabas al apartarte del Salón? ¿Darles la privacidad que solo un padre puede retirar?

Esbozando una notable sonrisa, Yorumaru no hizo más que alentar el ritmo de su canción, para hacerla incluso más fúnebre de lo que Shiro creía que era, mientras respondía a su pregunta...

Realmente no sé a qué te refieres...
Al final, ninguno de nosotros podría brindarle seguridad a nadie ¿No lo creen?
Tal vez física, pero no emocional...Incluso ahora, parecen felices, aún tras le pequeña escena que Hitomi parecía tratar de armar
.

Finalizando con su canción, Yorumaru se puso en pie, permitiendo a Shiro sentarse con total comodidad frente el antiguo piano, y pronunciando así una última frase hacia sus compañeros, antes de retirarse de aquella habitación...

Tal vez...El que esa felicidad exista ahora sea algo positivo ¿no lo creen?
Es solo una pequeña muestra de alegría, entre una multitud de seres que parecen no hacer más que vivir de su tristeza...

Opening/Ending

Rinne
リンネ
Duración: 4:27 min


Everytime You Kissed Me
毎回あなたがキスをした
Duración: 4:08 min


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